El fallecimiento de Nelson Mandela, el primer presidente democrático de Sudáfrica, se produjo hoy a los 95 años de edad. Había nacido en 1918.
Fue una figura mundialmente reconocida por derribar las barreras de la segregación racial. Se convirtió en el gran líder que protagonizó uno de los capítulos más trascendentes del siglo XX.
Su lucha por la libertad y la justicia lo llevaron a sufrir duras condiciones de cárcel. Desde 1948 se había instalado en Sudáfrica la política del Apartheid, que institucionalizó la separación racial en ese país, y fue el objetivo principal de sus protestas. En 1964 fue condenado a prisión perpetua y finalmente, luego de 27 años de prisión y cuando se había convertido en el símbolo de la opresión de su pueblo, fue liberado en 1990 por el entonces presidente Frederik De Klerk, quien le pidió su colaboración para avanzar en el proceso de democratización de Sudáfrica.
Mandela, a quien cariñosamente llamaban Madiba sus compatriotas, llevó a cabo una gigantesca labor de reconciliación nacional, con el perdón y la humildad como banderas. Su labor evitó la violencia y la venganza en la transición entre el régimen racista del Apartehid y la democracia, convirtiéndose en un ejemplo a nivel mundial. Esto le valió que en 1993 le otorgaran el Premio Nobel de la Paz.
En 1994 fue el primer Presidente de su país elegido mediante el sufragio universal. Su labor por la unidad de su pueblo puso énfasis en el deporte y el Mundial de Rugby de 1995 le sirvió para estrechar lazos entre blancos y negros, al coronarse campeón Sudáfrica. Esto se reflejó en un libro (El factor humano) y una película Invictus.
Algunas de sus principales frases y que destacamos, fueron:
“Si quieres hacer las paces con tu enemigo, tienes que trabajar con tu enemigo. Entonces él se vuelve tu compañero”.
“La mayor gloria no es caer, sino levantarse siempre”.
“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”.
“Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión”.
“Una nación no debe juzgarse por cómo trata a sus ciudadanos con mejor posición, sino por cómo trata a los que tienen poco o nada”
“No puede haber una revelación más intensa del alma de una sociedad que la forma en que se trata a sus niños”.
“La muerte es algo inevitable. Cuando un hombre ha hecho lo que él considera como su deber para con su pueblo y su país, puede descansar en paz. Creo que he hecho ese esfuerzo y que, por lo tanto, dormiré para la eternidad”.